Imagen -Laura- autora: Luchy Polo
acuarela sobre papel
Para quien no ha oído nunca esta palabra o no conoce qué se nombra con la misma, se puede decir que es una estructura generalmente circular con una gran carga espiritual y estética, que puede estar formada por figuras geométricas concéntricas con un aparente orden. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario: que aparentemente no tenga orden. Ejemplos de mandalas podemos encontrarlos en muchos aspectos conocidos. Cito algunos: los rosetones de las iglesias y catedrales, el iris del ojo, motivos decorativos de distintas culturas amerindias, orientales, y así un largo etc.
Mi encuentro con los mandalas fue casual. Tenía que hacer un regalo de empresa a unos altos directivos que no conocía, y mi único dato sobre ellos es que eran personas jóvenes, con un estilo de dirección moderna y que les encantaba la alimentación alternativa.
Uf!! Con esos datos pensé que un regalo institucional no tenía sentido. Decidí que un libro siempre es un buen regalo, y que yo misma lo elegiría. Después de ver libros con distintas temáticas, cayó en mis manos uno con imágenes preciosas y una presentación excepcional; me sorprendió tanto que me asesoré con la responsable de la librería. Como no conocía qué eran los mandalas, temí que fuese algo con alto contenido esotérico y no muy adecuado para éstas circunstancias. Sin embargo cuando la librera, muy profesional por cierto, me explicó que pedagogos y docentes los están utilizando para conseguir una mayor concentración de los escolares, me decidí. En cualquier caso, si éste tema no era de su interés, visualmente el libro era excepcional, con mucho colorido imágenes muy bellas y muy buena edición.
¡¡Claro que gustó!! Y mucho. Tanto, que los comentarios realizados por los agasajados me animaron a investigar más.
Empecé a leer sobre el tema, y cuando me “pillé” varias veces coloreando los cuadernos infantiles de mi hijo, inconscientemente, mientras él hacía los deberes, y yo intentaba olvidarme del trabajo en esos momentos, me decidí a utilizar las plantillas de mandalas que existían en el mercado.
Al comenzar a pintar, lo hice conscientemente para aclarar ideas, en momentos muy problemáticos de mi entorno laboral, con mucha sobrecarga y con muchos proyectos en marcha, todos urgentes, todos importantes y todos con máxima prioridad, a pesar de utilizar todas las técnicas de gestión del tiempo, dirección eficaz, asertividad, etc., etc., etc. que ya sabéis.
La experiencia fue muy satisfactoria. Conseguía aclarar mis ideas, estructuraba las situaciones, daba prioridades y eso me permitía trabajar de forma más eficiente. Empecé a coger confianza y el resultado cada vez era más inmediato. Es algo que forma ya parte de mi manera de trabajar.
Lo que realmente conseguí es liberar mi mente de todas las presiones y condicionantes, propios, ajenos, innatos y adquiridos. Y una vez liberada la mente, ésta empezaba a funcionar como una “moto”.
Quizás por ese espíritu creativo, siempre latente, he dado pasos hacia delante. El colorear plantillas me resultaba un poco encorsetado y zas!!! me decidí poner el papel en blanco, las pinturas, los rotuladores o las acuarelas y dejar fluir mi imaginación, reflejar mi estado de ánimo, mis dudas, mis intereses, mi yo.
Me divierte, me relaja, me ayuda, me inspira. Ha reflotado de mi memoria hechos, situaciones y experiencias olvidadas y me ha permitido de igual forma, visualizar situaciones futuras.
La fase en la que estoy es que, lo que en principio era una herramienta más para mi trabajo intelectual, resulta que tiene un valor estético para los demás y ¡¡qué curioso!!: me hacen pedidos. Je, je tengo una lista de espera para realizar mandalas. Poco a poco os iré dejando imágenes de los mismos. Algunos son muy sencillos, son herramientas de trabajo y ejercicios de concentración. Otros son más elaborados, cuando las realizo para otras personas.
6 comentarios:
Me tengo que poner a ello un día, lo sé. Estoy segura de que me hará el mismo efecto.
Seguro que sí. Ya hablaremos del tema, puede ser una actividad interesante.
¡Que curioso!
No había oído hablar nunca de los mandalas... de nuevo me han traído a la mente una flor: la pasionaria.
Bss!!
Rosa.
Hola Luchy.
¿Qué libro era ese?, ya sabes mi afición por ellos, los libros.
En cuanto a los mandalas nunca he realizado ninguno.
¿Cómo se empiezan a dibujar?, ¿de dentro hacia afuera, realizando una "expansión" o por el
contrario marcando un contorno exterior y dibujando hacia el interior? ¿existe alguna pauta concreta, o es esa búsqueda interior la que te organiza el dibujo?.
¿Son simétricos siempre, pueden ser espirales?...Ya te doy tema para los próximos dias. Cuenta detalles...
Luigi
¡Qué buena idea Rosa! La pasionaria es una flor muy inquietante. Me inspiraré en ella para hacer un mandala.
Un saludito.
Ummm Luigi...ya veo que te interesa. Pues si tienes un poco de paciencia, elaboro unas entradas nuevas, así ligeritas! para que aprendamos todos como utilizarlas.Y además pongo algo de bibliografía...............que siempre viene bien.
Un beso.
Publicar un comentario