Aguada de tinta china sepia s/papel
Este año han vuelto a anidar las gaviotas argénteas (Larus argentatus, Pontoppidan, 1763) en la linterna de la iglesia de Santa María Nai en Ourense.
Allá por febrero, entre reunión y reunión de trabajo, presencié una de las cópulas y no puede más que advertir a una compañera que se estaba produciendo un acontecimiento que tendría consecuencias en los futuros meses.
Han nacido dos pollos y en estos momentos ya tienen un tamaño muy considerable. Los de este año se desenvuelven muy bien y saltan al tejado que hay inmediatamente debajo de la cornisa donde está el nido. Sin embargo, al contrario que el año pasado http://animalesreunidos.blogspot.com/2010/02/pero-que-haces-tu-aqui.html, no presentan ninguna dificultad para volver a su sitio. Es más, la inclinación del tejado la utilizan como rampa de despegue y aterrizaje, donde empiezan a realizar sus primeras prácticas de vuelo. Despliegan sus alas y las baten con fuerza repetidamente, luego se preparan y dando un saltito se mantienen en el aire unos segundos aterrizando un poco a plomo en el tejado, siempre bajo la atenta mirada de alguno de los adultos.
¡Qué difícil es dejar “volar” a los pollos!. Hay que observar y procurar no intervenir mucho.
Allá por febrero, entre reunión y reunión de trabajo, presencié una de las cópulas y no puede más que advertir a una compañera que se estaba produciendo un acontecimiento que tendría consecuencias en los futuros meses.
Han nacido dos pollos y en estos momentos ya tienen un tamaño muy considerable. Los de este año se desenvuelven muy bien y saltan al tejado que hay inmediatamente debajo de la cornisa donde está el nido. Sin embargo, al contrario que el año pasado http://animalesreunidos.blogspot.com/2010/02/pero-que-haces-tu-aqui.html, no presentan ninguna dificultad para volver a su sitio. Es más, la inclinación del tejado la utilizan como rampa de despegue y aterrizaje, donde empiezan a realizar sus primeras prácticas de vuelo. Despliegan sus alas y las baten con fuerza repetidamente, luego se preparan y dando un saltito se mantienen en el aire unos segundos aterrizando un poco a plomo en el tejado, siempre bajo la atenta mirada de alguno de los adultos.
¡Qué difícil es dejar “volar” a los pollos!. Hay que observar y procurar no intervenir mucho.
2 comentarios:
Tus lecciones de biología con un dibujo tuyo al fondo son cautivadoras.
¡Cuánta razón tienes! Hay que saber dejar volar a los polluelos.
Besos.
Je, je muchas gracias, yo lo veo más como pequeñas pinceladas de atención, para que observemos los pequeños acontecimientos que nos rodean de la vida animal y vegetal.
Un beso.
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