Imagen: - Sativa plena - autora: Luchy Polo
Acuarela s/papel
Y el Dios de Lluvia fue generoso
y nos dio lo que pedíamos. Con las primeras lluvias el bosque bebió, y el agua
desapareció absorbida por el suelo,
había mucha sed atrasada. Con las segundas lluvias, el río empezó a moverse. Lentamente
y de forma inexorable, toda la materia (orgánica y no orgánica) acumulada, empezó a ser arrastrada a destinos más
lejanos. Al fluir, el río empezó a ser el mismo, a darnos su mejor imagen, su
riqueza, su placidez y sosiego.
Y el Universo, siempre tan generoso,
con la lluvia me trajo a la persona ideal para mis correrías por el monte. Huye
del asfalto, tira monte arriba con fuerza, disfruta con la sencillez de las
hojas caídas, las pequeñas metas diarias, los caminos escondidos, poco
transitados, la alegría del esfuerzo reparador, las conversaciones creativas,
las risas y los silencios que tanto valoro cuando camino firme por el monte, en
plena naturaleza.
Y como cuando fluyes, y eres tú
mismo, el Universo se alía contigo, y la prosperidad llega sin darte cuenta,
nos sorprende con puñados de castañas (Castaea
sativa, Mill), que como pequeños tesoros llenos de toda su energía,
recogemos de los caminos.
¡¡Fluye!!
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