Divertidas meriendas filosóficas

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Imagen -La cereza - autora: Luchy Polo

acuarela s/papel

Los cerezos ya tienen sus hojas muy desarrolladas y las cerezas medrando para luego madurar jugosamente.


Al inicio de la primavera el cerezo (Prunus cerasus, L.) nos ha sorprendido con una explosión floral que hasta ahora nunca había sucedido (ojo! que tampoco esto es el Jerte!).

Considerando que en su mejor año nos dió 12 cerezas ¡no está mal! ¡Le queremos igualmente! Su misión hasta ahora era otra: nos ha proporcionado gratos momentos debajo de su copa en los días calurosos. Tumbados boca arriba con el cachorro encima, hemos mirado sus ramas y esquivado entre sus hojas los rayos de sol que querían achicharrarnos y también ha proporcionado buenos ratos de entretenimiento intentando contar sus hojas y tocarlas, nos hemos dejado acariciar por las bailarinas sombras de la brisa.
Fue testigo de la primera vez que vimos saltar a Ernesto dentro de la tripa, tal como lo hace ahora en la cama a modo de colchoneta elástica.

Divertidas meriendas infantiles con Luigi y Jose e incluso eruditas conversaciones filosóficas en los cumpleaños…… ¡Ay no! ……. ¡Que es al contrario!

Este año esperamos una buena cosecha, ya se ven bolitas verdes en un número considerable, aunque sé que……no estamos solos, y como nosotros, otra gente con plumas espera el preciado fruto.

¡Será un buen espectáculo! ¡Seguro que hay para todos!

Tres, eran tres...

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Imagen - Cigüeños - autora: Luchy Polo
acrílico s/papel

Pues no son ni uno ni dos los pollos de la cigüeña (Ciconia ciconia L. 1758). ¡TRES, nada menos que TRES! No es algo extraño que sean tres los huevos fecundados y puestos. Otra cosa es que los puedan sacar adelante a todos.

¡Muchos viajes yendo y viniendo con ranas, crustáceos, ratillas, lombrices etc.…! el triple de esfuerzo para mantener limpio el nido.

Lo mejor de todo es la red que entorno al nido estamos creando los vecinos. Nos comentamos sus andanzas, corroboramos datos,……… Pues las he visto hoy en el prado de no sé quien………. A sí? Estarían buscando comida. ……… Que mira cómo pasan por encima de las casas de no sé donde………….. Que si se ven tres cabecitas………. Que si uno de los adultos ya no cabe y tiene que estar en otro sitio…………. Que si se juntan con las que están en Xinzo (otro pueblo) y pasan el día juntas…………..
¡Ya sabéis que en los entornos reducidos nunca faltan los cotilleos!

Sólo necesitamos que alguien con un poco de habilidad realice una foto que merezca la pena y muestre la evidencia de los tres pollos.

Plumilla

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Os presento a Plumilla. Es un pollo de mirlo (Turdus merula, L. 1758) que, como suele ocurrir, se tiró del nido en plan camicace para completar su desarrollo escondido en los matorrales, esperando la comida de sus papis. Sin embargo Plumilla se despistó y en lugar de buscar un matorral se metió en el edificio donde trabajo.
Al parecer nadie se dio cuenta hasta que yo le oí piar ¡como para no oírlo! Debía llevar más de un día porque de madrugada saltó la alarma del edificio al detectar su presencia (caramba que sensibilidad!)

El caso es que como era de esperar…… aumentó la manada con él.

No sabe alimentarse solo, por lo que le damos la comida con pinzas y en cuanto ve la pinza abre una boca……… que casi da miedo!!

Le dejo suelto por la casa para ver como se defiende y la verdad es que es muy fuerte, realiza vuelos cortos aún muy pesados.

Come muchas cosas, como una papilla de pan, leche y yema de huevo, fruta..., pero lo que realmente le vuelve loco son las lombrices de tierra y los caracoles.

Antes hacía un control biológico de los caracoles en el jardín, o sea, los recogía uno a uno y luego los llevaba al campo. Ahora el jardín se ha convertido en una despensa viva.

Uf! Pobres padres mirlos echarán de menos a su pollo… Aunque por otro lado, se han quitado un peso de encima, dos o tres pollos comiendo como este………….aniquilan cualquier presupuesto familiar!

Mandala 3

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Imagen: -En tus manos - autora: Luchy Polo
acuarela s/papel


Los mandalas ejercen su efecto mediante la meditación. Podemos aprender este método de auto concienciación mirándolos con calma y dejando que actúen, jugando visualmente con sus formas y colores, dejando que nuestros ojos se deslicen por las líneas con sus formas rectas, sinuosas, sus volúmenes, como si las siguiésemos tocándolas con un dedo.
Podemos llenar la retina con cada uno de los colores, el verde, el rojo, el malva, el azul, el ocre,... Incluso pensar que respiramos, nos rodean o flotamos en cada uno de esos colores, el que nos apetezca…


Este método ayuda a concentrarse y a encauzar los procesos interiores.

La ruta de las fuentes

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Imagen - Anas - autora: Luchy Polo
acuarela s/papel

Desde hace un tiempo una pareja de patos, ánade real (Anas platyrhynchos, L. 1758) transita por las fuentes del centro de la ciudad, han dejado el entorno acuático natural y se han especializado en las masas de agua controladas que existen en las fuentes urbanas.

Nadan plácidamente en la que está situada en la Plaza del Obispo Cesáreo, en la de la Plaza de las Mercedes y en la fuente de la Plaza del Hierro. Para quien no conozca Ourense (cuestión que deberíais resolver en el menor tiempo posible), estas fuentes no tienen una gran capacidad de agua, pero su valor histórico-artístico es evidente, y los patos vuelan en pareja de una a otra según su antojo.
Es una pareja tranquila, por lo que se ve, no necesitan las aguas rápidas del Miño, ni parecen querer compartir el espacio con el resto de ánades habilitado para ellos en el Jardín Botánico del Posío o en el Parque del Barbaña.

Según me ha comentado algún profesional del taxi, cuya parada se encuentra en esa plaza, se hacen amigos de ellos y los taxistas se divierten viendo las andanzas de esta parejita mientras esperan a los posibles clientes. Les proporcionan alguna galleta o pan que los ánades comen con fruición, esto, junto con la que disponen los comederos en los parques y lo que obtienen del constante picoteo en los jardines de pequeños anélidos y caracoles completan su alimentación.

No son tan esquivos como suelen ser los individuos de ésta especie, y la hembra, sobre todo (que es un pelín más atrevida), se acerca y con la característica inclinación de cabeza que hacen las aves para mirarte, clava sus ojillos en ti esperando que le proporciones alguna golosina como pago a la observación de tan simpática belleza.

De nuevo la ciudad, nos descubre singulares habitantes.

La primavera

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Imagen -Lilo- autora: Luchy Polo
acuarela s/papel



Dicen que la primera infancia marca de forma indeleble al individuo. En lo que soy consciente me siento afortunada. Aún siendo “del foro”, no tengo la sensación de haber habitado en una urbe agobiante, ensordecedora e impersonal.

Rodeada de importantes pulmones verdes tuve la ocasión de disponer de enormes zonas de juego donde correr, tirar piedras, deslizarme por montañas de tierra, embadurnarme de barro, hacerme heridas en las rodillas, sentir el olor de la tierra mojada, perderme entre pinares y pasear plácidamente por jardines históricos con rincones románticos y misteriosos, en donde podías descubrir especies botánicas ejemplares. Y en las noches de los largos veranos madrileños oír los nada melodiosos cantos de los pavos reales (Pavo cristatus, L. 1758). No creáis que estoy hablando de un entorno rural, no: en la misma M30, en lo que es una terraza del río manzanares a 10 minutos del pleno centro en el barrio de Salamanca.

Pero sin duda la sensación que no puedo olvidar y que casi la revivo cada año en mi memoria, es la primavera. ¿Sabéis ese momento en el que sientes en tu interior que ya ha llegado? No lo he vuelto a vivir en ningún sitio, sólo en Madrid.

La primavera en Madrid es tan bella y luminosa como efímera (propio del clima continental). El poder disfrutar esa sensación es algo único, sensación que entra por los oídos, por la nariz y por los poros de la piel.

Porque la primavera en Madrid llega cuando eres consciente de la algarabía desenfrenada de los vencejos en tropel, que gritan que ya están aquí! que ya han llegado! y con sus piruetas casi suicidas por el aire, mezclada con el frescor de los jardines bien regados, sintiendo que reviven y se hidratan por la mañana muy, muy temprano y el olor dulzón de las lilas (Syringa vulgaris) impregnando tu pituitaria anunciando que hoy ya será un día caluroso y ese rubor en las mejillas que te turba y que te anuncia que en breve empezarás con la rinitis a estornudar.


Esa es mi primavera, la castiza, la madrileña.

¿Cuáles son vuestras primaveras?